Alejandro Rodríguez, técnico de Yalfin
Con el invierno aún en desarrollo y tras una campaña de cultivos de invierno marcada por lluvias persistentes, los productores comienzan a definir las estrategias de siembra de maíz para la zafra 2025/26, en un escenario que combina incertidumbre climática, presión sanitaria y desafíos de mercado.
Las condiciones actuales del suelo presentan altos niveles de humedad y limitada actividad de laboreo en varias regiones agrícolas del país, lo que podría atrasar las fechas ideales de preparación para el cultivo. Además, persisten dudas sobre la disponibilidad de ventanas óptimas para siembras tempranas, en particular para los maíces de mayor potencial.
Desde el punto de vista agronómico, técnicos y asesores advierten sobre la necesidad de ajustar densidades, planificar con precisión el manejo nutricional y estar atentos al monitoreo sanitario, especialmente ante la amenaza creciente de enfermedades transmitidas por vectores, como la chicharrita, que afectó cultivos en la región en campañas anteriores. Además, los productores evalúan cuidadosamente la elección de híbridos, apostando a materiales que combinen estabilidad, sanidad y tolerancia al estrés hídrico, frente a un escenario climático que podría presentar comportamientos más variables.