La cadena láctea nacional atraviesa un período crítico, marcado por desafíos climáticos, dificultades de mercado y problemas de competitividad que han forzado a productores a abandonar la actividad y a empresas a cerrar plantas o reestructurarse para subsistir. En este complejo escenario, la Cámara de la Industria Láctea del Uruguay (CILU) ha expresado su preocupación por la falta de avances en la negociación del nuevo convenio colectivo.
Según un comunicado emitido por la CILU, se había acordado con la Federación de Trabajadores de la Industria Láctea (FTIL) iniciar las negociaciones el 1° de abril de 2025. Sin embargo, siete meses después de la fecha prevista, el ámbito de diálogo no se ha podido concretar debido a lo que la cámara describe como «reiteradas medidas infundadas adoptadas por los sindicatos», tanto a nivel general de rama como en empresas específicas.
La CILU ha sostenido que la condición indispensable para iniciar las conversaciones es un clima de paz laboral y la ausencia de medidas de presión. A pesar de los «esfuerzos muy significativos» realizados recientemente para habilitar el ámbito de negociación, las acciones sindicales continúan surgiendo de forma «reiterada y desproporcionada», sin respetar las cláusulas de paz que hubieran permitido el inicio de las conversaciones.
La cámara reitera su firme compromiso con el diálogo constructivo y la búsqueda de acuerdos, siempre en un marco de buena fe y paz laboral. No obstante, advierte que las acciones sindicales, al desconocer la realidad económica y productiva del sector, generan un daño que afecta a todos los actores de la cadena: empresas, productores, distribuidores, consumidores, clientes del exterior y a los propios trabajadores.