La llegada de una «super primavera» marcada por condiciones climáticas excepcionalmente favorables ha desatado una ola de optimismo en el sector lechero, que reporta incrementos en la producción y rendimientos que alcanzan máximos históricos en la remisión de sólidos.
Tras varios años de desafíos climáticos, que incluyeron sequías e inundaciones, el sector experimenta un robusto dinamismo. La abundancia de pasturas de alta calidad, gracias a las lluvias y temperaturas ideales de la estación, se ha traducido directamente en una mayor productividad por animal.
Se registra un crecimiento significativo en los volúmenes totales de leche remitida a las plantas industriales.