Las proyecciones meteorológicas a corto plazo traen un alivio y un optimismo generalizado para el sector agropecuario uruguayo. Tras un inicio de primavera marcado por la incertidumbre, los pronósticos indican que las lluvias tendrán una frecuencia y distribución positiva, lo cual es crucial para la siembra y el desarrollo inicial de los cultivos de verano, así como para la actividad ganadera.
El actual escenario climático es considerado ideal para la etapa en que se encuentra la agricultura:
La humedad acumulada en los suelos, sumada a los eventos de lluvia pronosticados para las próximas semanas, asegura la correcta implantación del cultivo de soja. Esto es fundamental para lograr una buena población de plantas y un inicio de ciclo vigoroso, minimizando el riesgo de re-siembra.
Para el maíz, que requiere una mayor disponibilidad hídrica, la frecuencia de lluvias es vital. Las condiciones actuales favorecen el crecimiento y la absorción de nutrientes, sentando las bases para alcanzar los altos rendimientos esperados.
