Agusto Gussoni, asesor de productores en la Asociación de Cultivadores de Arroz, dijo que se releva el avance de la siembra en el Norte, con un incremento en la implantación que pasa del orden de 150 mil hectáreas a más de 180 mil hectáreas.
Con permisos nuevos y regulaciones, embalses y tomas y represas que pasaron de suministrar agua al ganado a sistemas de riego para el cultivo.
El sector tiene diferentes zonas marcadas, pero en todos los casos con rápida dinámica de avance, en virtud del parque de maquinaria, por lo que en cada ventana hay condiciones de sostenido progreso, apuntó.
De esta forma, la estimación refleja que en el tramo final de octubre la cobertura está dentro de la fecha óptima con más de 80% cumplido en este mes.
El técnico afirmó que los nacimientos más tempranos se vieron comprometidos, pero luego con humedad y temperatura los resultados son alentadores, incluso contando con áreas de riego utilizadas en el Norte.
Las variedades se mantienen con Merín como principal, teniendo en cuenta que el clima expresa el potencial de los materiales de la mejor forma. En este sentido, es determinante la fecha de implantación y la evolución posterior, agregó.
Un informe de la gremial evaluó que la zafra pasada fue “compleja” ya que quedó afectada por el factor clima en la etapa de siembra y en toda la cosecha. Sin embargo, se destacó que los rendimientos alcanzados están dentro del promedio y esto es “combinado con buenas condiciones de mercado exterior” para impulsar el crecimiento del área.
La zafra 2023/24 fue en términos operativos y climáticos “hostil” pero se lograron rendimientos en el cuarto lugar de la serie histórica.
Los resultados se ubicaron en el orden de los 8.816 kilos por hectárea y se trabajó en la necesidad de cuantificar los daños causados por el clima en las empresas arroceras. Los eventos climáticos adversos y temporales afectaron a 72 empresas, que representan más de ocho mil hectáreas al momento de cosecha.