Agricultura continua con sus problemas y soluciones

Especial para Cultivos de Invierno 2024,escribe Andrés Contatore* La mayor parte del área agrícola del Uruguay se maneja hace más de 20 años bajo agricultura continua, esto es un hecho, y sería una utopía pensar que toda esa área pase a pasturas para poder recuperar las propiedades físico- químicas de los suelos. Teniendo en cuenta esta realidad, ¿cuáles son las prácticas agrícolas qué podemos implementar para mejorar o evitar la degradación de los suelos y por lo tanto lograr productividades lo más cercanas posibles a una “chacra nueva”?  Si bien se viene mejorando mucho la forma en que se hace agricultura, aún queda mucho por hacer. Los suelos sobre los que estamos produciendo han ido bajando su calidad como consecuencia de los años agrícolas. Actualmente es común observar en las chacras una disminución de la cantidad y la calidad de la materia orgánica y una mayor compactación, esto genera una menor capacidad de aportar nitrógeno (y otros nutrientes asociados a la materia orgánica lo cual genera un aumento en el uso de fertilizantes), una disminución de la porosidad del suelo que hace que a las raíces se les dificulte crecer, además de generar problemas de infiltración del agua de lluvia en el suelo y una disminución del agua disponible para los cultivos. Es decir, las principales propiedades que necesitamos del suelo para tener buenos cultivos vienen siendo afectadas.  Hay dos medidas fundamentales que debemos adoptar y que cumplen con las premisas expuestas: aumentar la intensidad de cultivos y aumentar la diversidad de los cultivos sembrados. El objetivo de esto es aportar muchas raíces distintas y diferentes tipos de rastrojos al suelo.La intensificación se trata de tener la mayor cantidad de cultivos por año, es decir, aprovechar que nuestras condiciones climáticas nos permiten sembrar un cultivo de invierno y luego un cultivo de verano “de segunda”, y así  aprovechar al máximo la radiación y el agua de lluvia. Estas tecnologías de proceso se las conoce bajo el nombre de intensificación sostenible y diversificación planificada, y lo interesante es que, cuando analizamos los sistemas que aplican estos conceptos, no solo obtienen mejores rendimientos, sino que además tienen un mejor resultado económico y más estable en el tiempo. En el Cuadro podemos ver el resultado de diferentes de rotaciones agrícolas con diferentes niveles de intensidad y diversificación.Se puede ver que a medida que aumenta la intensidad (cantidad de cultivos por año) mejora el margen. Además, cuando aumenta la diversificación, incorporando colza, maíz y cultivos de cobertura con leguminosas con una planificación adecuada, también se mejora el resultado ya que se aprovechan las sinergias que se da por la combinación de algunas cultivos, por ejemplo la soja sembrada luego de un cultivo de colza rinde un 13%  más que las sojas sembradas sobre trigo o cebada.Los sistemas productivos exitosos son aquellos que tienen una visión de largo plazo, con una planificación estratégica para los próximos 5 o 10 años, que sin duda va teniendo algunas modificaciones año a año, pero que no van dando torpes golpes de timón, siguiendo una zanahoria inalcanzable. Despiece Encuadre A nivel país el aumento de la intensidad agrícola generaría un aumento importante en la producción de grano la cual repercutiría de forma muy positiva en toda la cadena de valor agropecuaria, ya que esa área necesita de maquinaria y personas que hagan las labores y camiones que transporten la producción. Incluso podría ser interesante generar algún tipo de promoción a desde el gobierno de estas prácticas, que no solo son ambientalmente más amigables, sino que generarían mayor bienestar en el interior y más recaudación al estado. •  Ingeniero agrónomo y director de Cuatro Hojas euribe@cuatrohojas.com.uy

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