El sector agrícola uruguayo enfrenta una campaña marcada por el aumento de los costos de producción, especialmente por la suba sostenida en los precios de los fertilizantes, lo que ha generado preocupación entre los productores. Esta situación se ve agravada por la caída en las cotizaciones internacionales de la soja, uno de los principales cultivos de renta del país.
La baja en el precio de la oleaginosa limita los márgenes de rentabilidad en un contexto donde los insumos mantienen valores elevados, presionando las decisiones de inversión de cara a la próxima zafra. Técnicos y productores advierten que se requiere una gestión más ajustada y eficiente para evitar comprometer el equilibrio económico de los sistemas agrícolas.
En contrapartida, los cultivos de invierno presentan un escenario más favorable. Los cereales como trigo y cebada han mostrado mejoras en precios y perspectivas comerciales, lo que podría compensar parcialmente el impacto negativo en la soja. Esto ha llevado a una mayor intención de siembra de estos cultivos, apostando a diversificar el riesgo y aprovechar las oportunidades del mercado.
