Gedeao Pereira – Presidente de FARSUL,
En una decisión que sacude el comercio internacional de carnes, Estados Unidos impuso un arancel del 50% a la carne bovina fresca proveniente de Brasil, medida que entrará en vigor a partir del 1º de agosto. El recargo se aplicará sobre los embarques que excedan la cuota anual de exportación sin arancel, de 65.000 toneladas, bajo el sistema de cupo país.
La medida representa un fuerte golpe para la industria frigorífica brasileña, que este año ya había completado esa cuota a mediados de julio, mucho antes que en años anteriores. A partir de ahora, cualquier volumen adicional que Brasil desee colocar en el mercado estadounidense deberá tributar la mitad de su valor en aranceles, lo que afecta gravemente su competitividad frente a otros proveedores.
Este incremento de tarifas no surge de una sanción comercial directa, sino del propio diseño del sistema de cuotas de acceso preferencial que mantiene EE.UU. con países terceros. Sin embargo, en el contexto actual, adquiere una connotación estratégica, ya que se da en momentos de tensión comercial y creciente presión interna en Estados Unidos para proteger a su industria ganadera.
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