El precio de soja en mínimos históricos obliga al productor a maximizar rendimientos

El cultivo de soja ha sido el motor de la agricultura de secano en los últimos 15 años, pero
actualmente atraviesa una situación desafiante con valores históricamente bajos.
Los valores actuales de alrededor de 340 USD/tt son los más bajos de los últimos 15 años. El
valor mínimo en este período había sido a mediados de 2019, cuando llegó a los 290 USD/tt,
pero si ese valor lo corregimos por IPC y tipo de cambio al día de hoy, la soja tendría que valer
380 USD/tt para igual su poder de compra.

Rendimiento esperado, rendimiento de equilibrio y margen bruto presupuestado para soja de primera y segunda suponiendo un precio de soja de 340 USD/tt

Como podemos ver en el cuadro, con este escenario de precios los presupuestos tanto para
soja de primera como de segunda son poco alentadores. La soja de primera es la que está más
comprometida ya que debe absorber la totalidad la renta. Por otro lado, la soja de segunda,
con menores costos productivos y una renta compartida con el cultivo de invierno anterior,
queda en un mejor nivel, pero con un margen bruto después de renta apenas positivo.
Esto nos pone ante una zafra extremadamente desafiante, en la que debemos no solo lograr
muy buenos rendimientos, sino que además las empresas deberán ser extremadamente
cuidadosas con los costos.
A pesar de esto, existen algunos datos que nos permiten generar cierto optimismo. La fecha de
siembra de los cultivos de soja fue en general muy buena, con la totalidad de soja de primera y
la mayor parte de la segunda sembrados antes del 10 de diciembre (fecha a partir de la cual el
rendimiento esperado comienza a caer), con un año que si bien se pensaba que iba a ser Niña
viene hasta ahora con lluvias adecuadas, lo que ha permitido una correcta implantación y
desarrollo del cultivo. De todas formas, en lo climático queda mucho recorrido, y siempre
somos dependientes de las lluvias de febrero, momento en el que este cultivo define el
rendimiento.
Otros factores a tener en cuanta especialmente en años como este es utilizar al máximo la
agronomía para lograr la mayor cantidad de kilos de grano por dólar invertido. En esto hay
mucho que se debe hacer con meses de anticipación como el diseño de rotación y una buena
planificación. Pero hay cosas que se deben ajustar ahora, en eses sentido destaca el manejo
nutricional, el cual se debe hacer de forma racional, con un adecuado muestreo de suelo y
eventualmente el manejo por ambientes dentro de las chacras, el costo de implementación de

estas tecnologías es despreciable frente a lo que puede generar el ahorro de fertilizante o la
pérdida de kilos por una subdosificación.
Además, en una zafra cada dólar cuenta, el monitoreo del cultivo semanal y sistemático es
obligatorio, ya que es la única forma de diagnosticar con certeza la necesidad de aplicación de
agroquímicos, ya sea para control de malezas, plagas o enfermedades.
Estamos frente a una zafra que exige un enfoque estratégico y una gestión precisa de los
recursos. Aunque el escenario de precios es adverso, las condiciones climáticas iniciales
ofrecen una ventana de oportunidad para lograr buenos rendimientos. El éxito dependerá de
ser cuidadosos con los costos, implementar buenas prácticas agronómicas y realizar un
monitoreo continuo para optimizar el uso de insumos. Sumado a esto se deberá estar muy
atentos a los mercados, ya que es importante captar las oportunidades de precios que se
puedan dar. En este contexto, cada decisión cuenta y puede marcar la diferencia entre ganar y
perder.

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