Especial para Soja 2024,
escribe Leonardo Bolla*
Las condiciones favorables en la implantación de los cultivos de verano en el arranque de la zafra ya que se vieron alentadas por el régimen de lluvias y los cultivos precedentes. Convencidos que comenzar el desarrollo de la zafra 2024/25 tiene un escenario difícil por delante, con un resultado alentador es una posición de privilegio en el complejo negocio agrícola, donde se identifica por un lado una ecuación de costos y, en particular, bajos valores de los granos.
La integración del sistema productivo dentro de un escenario de planificación agronómica, plantea la posibilidad de lograr puntos a favor durante el desarrollo del ciclo, en el contexto comprometido que tiene el sector.
De la mano con estos factores, si bien resta mucha agua por correr bajo el puente hasta la próxima cosecha, el régimen de lluvias se enmarca en una fase positiva durante, por lo menos, el primer tramo del 2025.
La necesidad de ver el vaso medio lleno surge de la visión atenta del empresario agrícola, que dispone del paquete de tecnologías para apostar a capturar el incremento en kilos por hectárea.
En medio de la creciente presión bajista de la oferta procedente de Brasil y la debilidad de la demanda del principal jugador mundial, ya que China ha enlentecido su proyección compradora.
Finalmente, en este contexto surgen los puntos a favor: por el lado del clima y la posibilidad de fortalecer la moneda. Mientras que se advirte el riesgo que surge como consecuencia de las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China, lo que aumenta la volatilidad del negocio, junto con la reducción de tasas de la Fed, las amenazas comerciales de Trump y la crisis en los mercados brasileños. Dentro de este contexto, la posibilidad de una futura retracción del área en el cultivo agrícola estrella de las últimas décadas, es visto por los analistas de mercado como opción para contribuir a afirmar las cotizaciones de la oleaginosa. (* Director de Agromedios)
