Los recientes brotes de fiebre aftosa registrados en Europa y la aparición de una cepa exótica del virus en países del Cercano Oriente han encendido las alertas sanitarias a nivel internacional. La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) emitió una advertencia sobre el riesgo de propagación del virus y urgió a los países a reforzar las medidas de bioseguridad y detección temprana.
El foco de atención se encuentra en la detección del serotipo SAT1 de fiebre aftosa en Irak y Bahréin, una cepa considerada exótica para las regiones del Cercano Oriente y Eurasia occidental. Según la FAO, esta situación representa una amenaza significativa, en particular para los países que están libres de la enfermedad o no aplican campañas regulares de vacunación.
“La propagación del virus puede ser rápida y afectar a una gran cantidad de animales”, advirtió la agencia en una alerta reciente, al tiempo que recomendó medidas urgentes de vigilancia, control de movimientos, y refuerzo de los sistemas de diagnóstico veterinario.
