La escalada del conflicto entre Israel e Irán está generando una fuerte sacudida en los mercados globales, con impactos directos sobre las materias primas estratégicas para el agro.
Los precios del petróleo registraron un repunte sostenido en las últimas jornadas, impulsados por temores a interrupciones en el suministro desde el Golfo Pérsico. Este encarecimiento del crudo se traslada rápidamente al mercado de insumos, con aumentos en los costos de los fertilizantes nitrogenados, cuyo precio ya venía en alza por la volatilidad internacional.
A su vez, los mercados de granos operan con alta incertidumbre. En Chicago, la soja y el maíz muestran fuertes oscilaciones, con subas puntuales impulsadas por coberturas de riesgo ante un panorama geopolítico inestable y dudas sobre los costos de logística a nivel global. Aunque el reciente informe del USDA no aportó grandes cambios en los fundamentos, el contexto de guerra y la presión energética están dominando las decisiones de los operadores.
Analistas advierten que, de continuar el conflicto, podrían profundizarse las tensiones sobre los precios agrícolas y energéticos, afectando la planificación de la próxima campaña en muchas regiones exportadoras, entre ellas el Mercosur.
