El mercado de la soja atraviesa una etapa de marcada incertidumbre a partir de las señales confusas de la demanda internacional, sumadas a las crecientes tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China, han generado un escenario sin rumbo claro para la oleaginosa.
Los principales factores que condicionan al mercado son los pronósticos climáticos benignos en Estados Unidos, que auguran una buena campaña y aumentan las expectativas de oferta. A su vez, la demanda internacional muestra señales contradictorias, con una aparente ralentización en las compras por parte de China, principal importador mundial de soja.
A esto se suma la creciente tensión comercial y diplomática entre China y Estados Unidos, que afecta las relaciones comerciales y agrega volatilidad a los mercados de commodities agrícolas. Analistas advierten que esta combinación de factores podría prolongar la falta de tendencia definida en los precios de la soja.
