Los afinados resultados obtenidos en los cultivos de invierno, principalmente trigo y cebada, están obligando a los productores agropecuarios a replantear su estrategia de negocios para la próxima zafra estival. Si bien la cosecha de invierno pudo haber cumplido con las expectativas de rendimiento base, los márgenes de ganancia han sido ajustados debido a la caída de precios internacionales, los altos costos de insumos y, en algunos casos, problemas logísticos.
Ante la baja rentabilidad de la campaña de invierno, el desafío principal del sector se traslada ahora a los cultivos de verano: soja y maíz. Estos granos son la principal fuente de ingresos y rentabilidad de la agricultura regional, y de ellos dependerá la performance económica total del año agrícola.
La soja se mantiene como la principal palanca de ingreso. Los productores buscarán maximizar el rendimiento por hectárea para compensar los márgenes estrechos del invierno. Esto implica:
- Inversión en Tecnología: Uso estratégico de semillas de alta genética, fertilizantes y protección de cultivos (fungicidas e insecticidas) para blindar el potencial de rendimiento.