Especial para Expoactiva 2024,
Escribe Silvina Schölderle*
El maíz juega un rol clave en las rotaciones agrícolas, permite diversificación de cultivos en verano, rotación de principios activos para control de malezas y además, genera un plus de rendimiento de soja alrededor del 15% cuando esta se siembra en un campo que haya tenido maíz el año anterior, según información de FUCREA.
En Uruguay se observa una clara tendencia de aumento del área sembrada de maíz desde el 2017-2018, alcanzando una superficie en este ejercicio de 213 mil hectáreas, como se observa en el gráfico 1.
Son varios los factores que vienen determinando el aumento del área, algunos relacionados a la enorme evolución genética que tiene este cultivo y otros, a tecnología de manejo. La ambientación para mejorar eficiencia de fertilización y densidad de siembra según el potencial de cada zona es uno de los aspectos agronómicos que viene cobrando mayor importancia.
En lo que respecta a la zafra actual, parte del maíz de primera se está cosechando con rindes muy dispares que oscilan entre 7.5 y 11 Ton/ha como datos preliminares y los maíces de segunda en su mayoría desde floración a llenado de granos con posibilidad de concretar un buen resultado si sigue acompañando el clima. A pesar de las enormes ventajas que tiene este cultivo para el sistema de producción, su futuro para la próxima zafra tiene mucha incertidumbre. Los productores van a estar con urgencia financiera debido al golpe que aún se arrastra de la seca del 2022-2023 y por lo tanto pondrán por encima el resultado inmediato que la posible mejora a futuro. El resultado económico se vuelve poco atractivo con precios que rondan los 155 USD/Ton y con pocas perspectivas de cambio, como se muestra en el cuadro 1.
A lo anterior se le suma un nuevo desafío debido a una plaga, que no es importante por el daño que causa directamente sino porque es vector de las enfermedades Spiroplasma y Virus rayado fino. Spiroplasma puede ocasionar perdidas de rendimiento del 70%, es una enfermedad endémica que tiene importancia en el norte argentino y Brasil, pero que ha venido avanzando hacia zonas donde ante no generaba problemas.
En esta zafra llegó al sur de Uruguay y aún no tenemos certezas de cuál puede ser el impacto y cuáles serán las medidas de control. En las zonas donde es endémica una de las principales herramientas es la genética, hay híbridos con diferente tolerancia a estas enfermedades, pero en nuestro país no contamos con esta información para los híbridos que usamos. Dado este panorama, tenemos varias amenazas que ponen en jaque el área de maíz para el próximo año.
Si bien aún falta mucho para la próxima zafra, una caída en el área de maíz sería una mala noticia para el sistema agrícola, no solo por la menor diversidad de cultivos de verano, sino también porque será esperable un menor rinde de soja para la zafra 2025-2026. *Ingeniera agrónoma y técnica de Cuatro Hojas
